Las reglas de la exposición al sol
En función del contexto y del tipo de radiación solar, que varía según la altitud, la latitud, la estación del año y la hora del día, se recomienda protegerse de TODOS los rayos solares (aunque los rayos UVB son los principales causantes de las quemaduras solares)
Regla 1: elegir el momento adecuado para salir al sol
Al “mediodía solar”, o sea, de 12 a 16 horas, ¡ponte a la sombra! Es cuando el sol está en su apogeo, es decir, más alto en el cielo: es el momento en que la radiación
UV es más intensa y, por lo tanto, más peligrosa. Evita salir al sol durante esta hora pico.
Regla 2: protección con la ropa
Cubrirse con ropa es la forma más segura de proteger la piel del sol. Así que no escatimes en ropa y accesorios: lleva una camiseta, sombrero o gorra y gafas de sol. Esta es la combinación ganadora
para proteger los hombros, la parte superior de la cabeza y los ojos. El sol puede dañar los ojos, lo que puede provocar graves problemas de visión (por ejemplo, cataratas). Solo hay que recordar
una cosa: ¡sombra y gafas de sol desde pequeños!
Regla 3: reflejo del protector solar
Para proteger tu piel, elige un buen producto de protección solar con alta protección UV, o FPS, que se adapte a tu fototipo y tipo de piel (sensible, intolerante o frágil). Para una protección
aún más completa, también debes elegir una protección solar que tenga filtros solares minerales y orgánicos, que sea resistente al agua y al sudor, hipoalergénica y
sin perfume. Aplica tu protección solar en todas las zonas expuestas, incluso el cuello y el dorso de las manos, y (lo más importante) recuerda volver a aplicarla al menos cada dos horas, y cada
vez que te bañes, te seques con la toalla o sudes.
Regla 4: ¡mantente hidratado!
En el sol, la temperatura corporal sube muy rápidamente. Para evitar la insolación y la deshidratación, recuerda beber mucha agua. Ya sea sin gas o con gas, de termo o de botella, no importa,
siempre que te acuerdes de beberla.
Regla 5: todo con moderación
El sol puede meterse bajo la piel, así que no te excedas. Tomar descansos entre las exposiciones al sol permite a la piel “tomarse un respiro” antes de volver a salir al sol. Pero ten en cuenta
tu capital solar y los efectos acumulativos del sol.